El Hospital Universitario Vall D’Hebron de Barcelona constituyó el pasado mes de octubre su Unidad específica para el tratamiento de la parálisis facial, una patología en la que el hospital catalán es pionero a nivel mundial. Este hospital ha logrado llevar a cabo intervenciones quirúrgicas sin dejar cicatriz en los pacientes, unas marcas faciales que solían suponer un trauma para las personas que se sometían a este tipo de cirugía. Hasta la fecha, y desde hace ya cuatro años, han sido 24 las personas que se han beneficiado de esta operación única en el mundo.
Esta novedosa cirugía presenta numerosas ventajas respecto a la que se venía realizando con anterioridad. Por un lado, evita las grandes cicatrices en el rostro de los afectados. Por otro, reduce el tiempo de la intervención, la inflamación y el dolor en los pacientes, y permite adelantar el alta tras la operación en casi una semana.
La nueva técnica, calificada de “tercer nivel” por su complejidad por Joan Pere Barret, jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Vall D’Hebron, se realiza mediante dos pequeñas incisiones en el interior de la boca y en la parte posterior de la oreja, que quedan totalmente ocultas a la vista. A través de estas incisiones, los expertos realizan el trasplante de nervios (o de nervios y músculo, en el caso de que el paciente lleve más de 18 meses con parálisis) de la pierna del paciente a su cara, para de esta forma recuperar la movilidad de los músculos faciales.